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Recostado en la cama, los ojos de Thomas se empiezan a cerrar lentamente. El libro se cae de sus manos y queda a un lado de su cuerpo. En el cuarto se escucha un leve golpe seco que hace que Thomas abra un poco los ojos y puede entrever una figura muy grande y robusta con múltiples extremidades por todo su cuerpo moviéndose y se escucha un leve sonido similar a la interferencia de un televisor. 

Vemos el rostro de Thomas empapado en sudor, en su rostro se puede notar una expresión de terror como si estuviera viendo su propia muerte. Mueve sus ojos de un lado a otro y de arriba a abajo muy rápidamente. Thomas está de pie en un espacio completamente negro, lo único que hay ahí es él, parado en medio de la nada. En el lugar se escucha un constante zumbido que inunda la atmósfera del lugar. De repente, ve una puerta de madera, color blanco y de aspecto antiguo.


       -¿Hijo eres tú? Ven... No me dejes sola. Ya no tendrás que irte más de nuestro lado. Temblando se acerca hacia ella, extiende la mano y está cerca de tocar la chapa.


Bañado en sudor y con la respiración agitada, Thomas se despierta. Al ver que es de día, que se encuentra en su habitación y que todo fue un sueño, da un gran suspiro y su respiración se regulariza cada vez más. 

Thomas se levanta de la cama y toma el teléfono para llamar a sus padres. Nuevamente el sonido de la llamada suena hasta que la contestadora se activa. Thomas se para en la ventana de su cuarto desde que la que se puede ver una calle de su barrio. Una vez en frente, puede percibir que hay muy pocas personas caminando por la calle y que todas las casas tienen sus puertas y ventanas cerradas. Thomas mira hacia un reloj colgado en la pared y ve que son las 9:00am, hora en que todos en el pueblo salían al mercado. 


       -Que extraño...


Thomas se aleja de la ventana y sale por la puerta de su cuarto. 


Vemos a Thomas de pie en un espacio completamente negro y vacío del que no se puede ver su inicio ni su final. Esta vez, Thomas reconoce el lugar y la puerta blanca. El mismo sonido del zumbido retumba en todo el lugar como si el aire que pasa por ahí se quedara retenido y se convirtiera en una masa espesa.


      -¿Thomas? ven...


La chapa de la puerta comienza a moverse lentamente. Los ojos de Thomas están súper abiertos. Su boca se abre como si quisiera responder al llamado de su madre pero no es capaz de decir una sola palabra. 


Thomas abre los ojos del golpe. Se encuentra en su cama, respirando fuerte y bañado en sudor. Se sienta en la orilla de la cama y se agarra a ella con sus manos. Thomas se queda mirando a la pared con la vista perdida mientras con sus manos se quita el sudor de la cara. Se levanta de la cama y coge su libreta de dibujo que se encuentra encima de la mesa de noche y la abre. Mientras pasa las páginas se puede ver un dibujo de una entidad robusta y de largos tentáculos. En una nueva página se pone a dibujar la puerta que ha visto en el sueño. Después de terminar el bosquejo de la puerta que había visto en el mundo onírico se levanta de su cama, deja la libreta a un lado y sale del cuarto.


Thomas recoge un periódico que se encuentra debajo de la puerta de su casa y se sienta en el comedor de su cocina. Mientras come, lo lee y ve una noticia que resalta de las demás con el título: “¿A dónde han ido todos? Extraños sucesos en el pueblo vecino de la ciudad. El sospechoso anda suelto”.

Thomas deja el periódico sobre la mesa al mismo tiempo que suelta su cuchara y corriendo se dirige a la sala. Se ve ahora el periódico con una gran noticia que se titula “¿Qué artistas se presentan? Festival Musical en el pueblo”.


Thomas se dirige al teléfono y marca el número de sus padres. El contestador se activa y posteriormente mira por la ventana hacia afuera. Las puertas y ventanas de las casa permanecen cerradas y no hay absolutamente nadie en la calle. 

Thomas se dirige a la puerta principal con tablas y un martillo en la mano. Con fuerza las clava bloqueándola por completo. Thomas cierra todas las ventanas con seguro y corre las cortinas hasta dejar el interior de su casa en las tinieblas. 


Han pasado tres días desde que Thomas decidió encerrarse en su casa. En un ambiente oscuro con algunos rayos de sol ingresando por la ventana, se encuentra sentado en su sofá. Toma su control y enciende el televisor pero sin sonido. Sirve una gran cantidad de café. Se coloca sus auriculares y empieza reproducir música. Minutos después Thomas comienza a escuchar el zumbido del mundo onírico a través de sus audífonos, por lo que inmediatamente se los quita y preocupado por lo que acaba de pasar, intenta distraerse leyendo un libro. Thomas se levanta del sofá, abre muy poco la cortina y mira por el pequeño espacio que queda. Se ve que a lo lejos dos personas vienen caminando, un joven y un viejo se acercan por la carretera al frente de la casa. Thomas los sigue con la mirada. Cuando ya están cerca de la casa, los dos voltean la cabeza y miran fijamente la ventana desde donde Thomas los está mirando. Thomas cierra bruscamente la cortina y al volver a mirar por el pequeño espacio, ya no hay nadie cerca de la casa. Vuelve a sentarse en el sofá. Continua con el libro en sus manos y la mirada perdida, su rostro mira fijamente la puerta de su casa. Sus ojos tienen ojeras muy pronunciadas, sus labios están secos y su cabello se encuentra despeinado. Thomas cierra lentamente sus ojos pero luego los abre de repente y se sirve otra taza de café.


Thomas abre la puerta de su cuarto. Entra y se sienta en el borde de su cama. En una esquina de su cuarto un destello le hace voltear la mirada, Thomas gira su cabeza hacia esa dirección y ve una llave de aspecto antiguo. Sus ojos se abren inmediatamente y empieza a respirar de forma más pronunciada. Se para de la cama y camina lentamente en dirección hacia la llave. Estando frente de ella se arrodilla y Thomas queda completamente inmóvil en el suelo. Paralizado y aterrado, de su ojo sale una lágrima.

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